LA IDENTIDAD PERSONAL, SU PROCESO DE CONSTRUCCIÓN.

ASPECTOS DE LA IDENTIDAD PERSONAL
PERTENECER, PARTICIPAR, CONVIVIR.

La escuela tiene la encomienda de desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, es decir, de formar integralmente a los alumnos mediante la promoción del pleno desarrollo de su personalidad, del enriquecimiento de su acervo cultural y del desarrollo de competencias que les permitan enfrentarse a un mundo cada vez más complejo. 

Vivir en sociedad nos imprime un sello como humanos, pues además de ser el ámbito donde tiene lugar nuestra humanización, es el espacio donde podemos expresar nuestras ideas y vivir conforme a ellas, exteriorizar nuestros sentimientos y relacionarnos con los demás. Por lo anterior, la sociedad es un lugar propicio para el desarrollo humano.

  

Tener un nombre, poder expresarse y considerarse miembro de un grupo social son algunos de los beneficios de vivir en sociedad y al mismo tiempo son elementos fundamentales para que cada persona construya su identidad.

Identidad implica saber quienes somos, cómo nos definimos y qué queremos ser en el futuro. A su vez, esto significa reconocer y dar a conocer cada uno de los aspectos que conforman nuestra identidad, entre los fundamentales destacan el nombre, el sexo o nuestra pertenencia a grupos como la familia, la escuela, la nación y la humanidad.

La identidad se conforma por varios aspectos:

• Identidad de género: reconocernos como hombres o mujeres.
• Identidad social: abarca los grupos a los que pertenecemos, como la familia. Incluye también la identidad étnica y nacional.
• Identidad física: abarca las características de nuestro cuerpo, como la estatura, rasgos físicos, complexión, peso, color de nuestro cabello y nuestra piel.
• Identidad psicológica: implica saber cómo somos.
• Identidad moral: incluye nuestros valores y los valores del grupo al que pertenecemos.
• Identidad ideológica: abarca nuestra forma de pensar.

Una parte de nuestra identidad está formada por aspectos que nosotros no decidimos y por los que prácticamente no podemos hacer nada para cambiar, por ejemplo parte de nuestro aspecto físico, la familia y el país donde nacimos.

Otra parte de nuestra identidad la constituye todo aquello que cada uno de nosotros adquiere en la vida, como el desarrollo de habilidades, la asimilación de conocimientos, la manera en que reconocemos y reflejamos nuestra inteligencia o sentimientos y la autoestima.

Los niños fortalecen la construcción de su identidad durante los años de curso de la escuela primaria, ahí se asumen como integrantes de grupos distintos a la familia, a la vez que aprenden a ser, a conocer y a convivir.